Tejer en “la dulce espera”
Es muy agradable para mi acompañar a una futura mamá que decidió aprender a tejer ganchillo al quedarse embarazada. Es así como me contactó mi más reciente alumna de cursos de ganchillo y amigurumi, una mamá muy ilusionada que se proponía tejer un gorro para los primeros días de vida de su bebé que nacerá en invierno.

Es también grato percatarme de cuándo surge la curiosidad por aprender a tejer, usualmente antes de la llegada de un bebé. Observar que en el entorno de una familia es como si llegara la inspiración. Ver el porqué de esta dulce tradición de abuelas, tías, amigas y mujeres que sienten que deben ponerse “manos a la obra” para preparar los mejores regalos: mantitas, prendas de vestir, patucos o juguetes, mientras pasan los nueve meses de espera.

Estos objetos y prendas tejidas conllevan un valor especial, incluso en algunas familias se conservan con cuidado a través del tiempo con la etiqueta “hecho por la abuela”. Pero no solo la tradición cultural les otorga tanto valor, sino también porque tejer es una manera de dar la bienvenida al nuevo bebé con todo el amor, arropándolo bajo el cobijo de un material tan agradable como la lana, abrigándolo con una chaquetita, un gorrito o unos patucos, acariciándolo con prendas dotadas de ternura.

Pero la actividad de tejer también tiene un sentido muy importante para la futura mamá, es una labor apacible que la ayuda en la relajación, tarea no muy fácil ante la inminente llegada de un bebé. Además el tejido tiene mucho que ver con la maternidad, no solo porque lo hemos aprendido de la tribu o comunidad de mujeres de la que procedemos y lo hemos asumido como tradición, sino también porque al ser tranquilizante y creativo, otorga la fortaleza y la satisfacción de hacer algo por ti mismo, todas herramientas indispensables para los futuros descubrimientos que traerá la maternidad.

Para mi alumna de ganchillo, ha sido muy interesante el curso y su propio proceso de aprendizaje de la técnica, sobre todo porque como me comentó ella, pudo escoger los proyectos que quería tejer para su bebé y sentirse motivada. A parte durante las clases fueron surgiendo nuevas ideas, hasta querer alargar el curso para poder conseguir ver acabados todos los proyectos (pelotas, mantitas de apego, gorritos y sonajeros).
“Porque ser madre es lo mismo que tejer, creas vida, hilas y tomas los tejidos del espíritu desenredando nudos y traspasando obstáculos, entrelazando tus días con los de tus hijos y los del resto de la familia”.
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